La esperanza, con dosis de crueldad
y
sadismo
son los temas de “12 años de esclavitud”
Steve McQueen, artista visual, ganador de varios premios en esa disciplina,
consigue con su primer filme, “Hunger” (El Hambre-2008), vencer
en Cannes, (Caméra d'Or) y en el Festival de Sídney, con su segunda película “Shame”
(Vergüenza) gana el premio FIPRESCI en el Festival de Venecia 2011 y se
instala como uno de los realizadores más prometedores de la nueva
generación.
Una breve carrera cinematográfica, muchos premios y
un futuro promisorio es el de éste talentoso realizador británico. Su destreza
detrás de la cámara, cimentando mundos infames, es sólo comparable con Akira
Kurosawa. Hasta hoy ningún director se implantó profundamente en el
espectador dejando, al mismo tiempo, una sensación de amargura, crueldad,
sadismo, dolor y reflexión.
En “12 años de esclavitud” la historia es
contada por Solomon Northup en su libro de memorias "Narrativa
de Solomon Northup, un ciudadano de Nueva York. Secuestrado en la ciudad de
Washington en 1841, y rescatado en 1853 de una plantación de algodón cerca del
río Rojo, en Luisiana”, parece salida de las novelas del realismo social de Nikolai
Gogol (“Almas muertas”, 1842), o “Alekséi Pisemski” (“Mil
almas”, 1858), o Dickens. Desde que su obra se publicó en 1953
críticos y estudiosos pensaron que era un símil de aquellas, hasta que en
1968, un grupo interdisciplinario de historiadores, filólogos, periodistas y
sociólogos, lograron confirmar y documentar que todos los hechos narrados
por el escritor existieron.
La nueva propuesta (hubo una anterior muy realista
realizada por el director Gordon Parks), “12 años de esclavitud”
retoma el conflicto y su contexto histórico, pero apunta a la degradación
humana, al mal trato, y a la inescrupulosidad, desde el punto de vista de
un hombre libre que se torna esclavo, y por lo tanto su mirada sobre la
realidad es mucho más crítica que la de los esclavos mismos. Porque él conoce
el potencial de la libertad y los otros ni siquiera lo perciben. No saben leer
ni escribir y por lo tanto no se enteran que existen leyes o posibilidades de
escape. Para ellos la única salida posible es la muerte.“12 años de esclavitud” no es la primera película sobre la esclavitud en
los Estados Unidos, ni será la última, pero sí muestra con crudeza los
hechos que realmente sucedieron, no por ser contados en tradición oral, sino de
primera mano, como “Chickamauga”, uno de los cuentos sobre la “American
Civil War” que escribe Ambrose Bierce (destacado corresponsal de
guerra) en 1891. Harreit Beecher Stowe desde la ficción, con “La
cabaña del tío Tom”, también se refiriere a la esclavitud y la perversidad
de los blancos. Se publica por primera vez el 20 marzo de 1852. La única
temática de la historia fue la maldad y la inmoralidad de la esclavitud, pero
con un subtema de base: la separación de las familias, que la narración de Northup
confirma.
En la historia de la humanidad (recorriendo la Biblia,
la “Ilíada” o la “Odisea”, etc..., siempre hubo
esclavizadores y esclavos egipcios, asirios, persas, griegos, fenicios,
romanos, hasta las últimas variaciones en el siglo XX: nazismo y
stalismo. En la actualidad, aún, hay mano de obra esclava en América, África y
países del Asia, especialmente debido al hambre y con aquellos hombres,
mujeres y niños llevados con engaños o raptados: a destilerías de cocaína,
talleres clandestinos de ropa, o trata de blancas, etc.“12 años de esclavitud”, escrita por John Ridley y dirigida por Steve
McQueen, cuenta la historia real de Solomon Northup, un hombre libre
afro-americano que, en 1841, fue secuestrado en las calles de Washington, y
vendido a unos traficantes de negros. Luego de mantener sus esperanzas intactas
durante 12 años, un encuentro casual con un abolicionista canadiense (Brad
Pitt) le permite cambiar el rumbo de su vida y reunirse con su familia.
En el excepcional testimonio histórico se muestra
como aún siendo esclavo -físico-psicológico y emocional- una parte de su
espíritu se mantuvo fiel a su cultura e intelectualidad. El violín o la música
lo salva de situaciones más dolorosas o de la muerte (igual que los músicos
judíos en los campos de concentración), lo que permite en el film una
doble lectura sobre la situación de los negros. Mientras que en el Norte
podían experimentar algunos privilegios de los blancos (aunque no podían
votar) como la libertad de movimiento, poseer una casa, tener un
carruaje, etc., en el Sur eran tratados de modo infrahumano. Pero en ambos
casos siguieron siendo individuos negros en la América anterior a la
guerra civil y aún después de la unificación, hasta Martín Luther King.
“12 años de esclavitud” es a la vez una historia familiar, extraña y
profundamente americana del siglo XIX -adorado por Hollywood–, durante el cual
la burguesía altamente paternalista mantuvo una doble moral, y sus
plantaciones, casas señoriales, y sus modales gentiles sirvieron como
telón de fondo para las grandes monstruosidades que cometieron. Otra película
que recuerda estas atrocidades es “Mandinga” (1975) de
Richard Fleischer, con James Manson y Susan George.
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