jueves, 19 de marzo de 2015

Cenicienta Forever


Disney lleva otra vez a la gran pantalla uno de sus clásicos más memorables, con actores que se instalan en la intemporalidad de los cuentos de hadas.

A diferencia de las adaptaciones de  “Maléfica” o “Espejito Espejito”, cuyos guionistas y directores se ocuparon  más  en  reinventar las historias partiendo de lo más convencional, dando giros que potenciaban a los personajes femeninos de forma muy obvia,  en “Cenicienta” la  preocupación estuvo en  dar a los personajes credibilidad y ser fieles al relato original.  La moda de estos últimos  años  fue  crear un  live-action de cuentos de hadas y transformar a las  princesas clásicas  en guerreras  al frente de ejércitos como en “Blancanieves y el cazador”, o en icónicas  villanas: que pasan a ser de tiernas y buenas a malvadas, hostigadas por un ambicioso rey, para luego convertirse en madres incomprendidas, como en “Maléfica”.

En “Cenicienta”  el director Kenneth Branagh y el guionista John Chris Weitz mantienen fidelidad a la versión de Disney de 1950, basada en una mezcla entre las versiones  de Charles Perrault (1697)  y los Hermanos Grimm (1812), que  varía sin embargo en muchos detalles de la francesa, lo que no es extraño si se toma en cuenta que cada país europeo tiene su propia tradición oral del personaje. Desde entonces, han habido tantas adaptaciones y reinterpretaciones de la historia de Cenicienta, que es un logro en sí mismo hacer un filme innovador,  y que al mismo tiempo respeta la esencia de uno de los relatos más favorecidos por la atención infantil.  

Sobre todo, la visión de Branagh se esfuerza por mantener la magia, por lo que no faltan los ratones convertidos en caballos, la calabaza en  carroza, las lagartijas transformadas en pajes, un ganso vuelto cochero y todos los efectos especiales necesarios para convertir  harapos en un vestido color azul espectacular, con mariposas de cristal incrustadas (como en el filme de 1950). Ella, por su parte, es la encarnación de la princesa delicada y buena, cuya fortaleza radica en su generosidad  (razón por la cual se transforma en sirvienta en su propia casa). Este apego al relato tradicional –en vez de una búsqueda por la originalidad desmedida- es el principal acierto de este filme. Además hay algunos guiños al clásico de Disney  como los dos pájaros azules que revolotean alrededor del castillo de la protagonista...

 “Cenicienta”, es una adaptación del clásico de 1950 de Walt Disney  en la que se narra la historia de la joven Ella,  protagonizada  por Lily James (conocida por su rol en la serie  “Downton Abbey”)  y Richard Madden (famoso por interpretar a Robb Stark en “Game of Thrones”),  que interpreta al príncipe Kit, cuyo padre vuelve a casarse tras el fallecimiento de su esposa.  Ella acepta de buena gana y por no herir los sentimientos de su padre a su nueva madrastra Lady Tremaine  (Cate Blanchett) y a sus hijas, Anastasia y Drisella, quienes convivirán junto a ellos, en su pequeño castillo. A la muerte de su padre, Ella se convertirá en la criada de Lady Tremanie  y de sus hijas, que le encomiendan las tareas más desagradables. Sin embargo la joven no pierde la esperanza a pesar de la crueldad con la que la tratan. Pero su futuro cambiará después de conocer a un joven “aprendiz” en el bosque.

Gran acierto de Branagh fue haber despojado al filme de todos los estereotipos que poseían las películas de Disney: cierto racismo, esclavitud, sexismo, crueldad… En esta versión Cenicienta a pesar de que es obligada a trabajar en la casa, comer en la cocina. Dormir en el altillo  y no le está permitido ir al baile, se las ingenia para sacar partido de su alegría y su libertad y galopar en pelo sobre su caballo blanco hacia el bosque. Si bien estas acciones reflejan  la esclavitud a la que es sometida por su madrastra y las hermanastras, Ella consigue que el espectador no las perciba como tales. De la esclavitud (como muchas mujeres en el mundo) puede liberarse cuando encuentra al príncipe.

En cierta forma Cenicienta fue un cuento que a través de los siglos preparó a las mujeres para su sometimiento al sexo masculino y a ser buenas amas de casa. También fue un acierto dar con los estilos de cada personaje para que estos no caigan en el estereotipo, ni en una exageración burlesca, ni en la expresividad familiar naturalista.

Por otro lado, se puede ver como da a la amistad incondicional entre mascotas y Cenicienta, ya que siempre la ayudan a trabajar en todas las tareas del hogar y otras labores sin esperar nada a cambio, un valor adicional. Los  ratones Gus-Gus son más reales (al igual que el gato y las aves del corral aunque su  protagonismo sea menor),  que  los  del dibujo de Disney. 



El vestuario es otro  protagonista importante del filme, diseñado por la ganadora del Óscar Sandy Powell, es magnífico al introducir en cada uno de sus diseños un rasgo con el que define a cada personaje, creando como en caso del vestido de Cenicienta la ilusión de que está al bailar flotara por llevar una falda con varias capas de gasa que se despliega y pliega a cada vuelta del vals. Sobre esta escena la cámara se detiene varios minutos y dando la sensación al espectador de ser partícipe del nacimiento de una flor. 





Todo lo que gira alrededor de Cenicienta es ilusión y majestuosidad, y esto no es solo cuando está en el salón de baile del palacio, sino en los pequeños gestos de su vida cotidiana. Este sea tal vez uno de los mensajes del filme: “no importa donde se viva sino como se construye el hábitat para vivir. No importa si los muebles no son ostentosos sino que tengan un detalle de belleza para alegrar a los ojos y el corazón”. Y Cenicienta lo refleja en una frase: “Mira el mundo no por lo que es, sino por lo que podría ser". 
La primera parte del filme transcurre  en un mundo idílico, Ella (Eloise Webb)  tiene de 10 años de edad  y anida en forma segura en un paraíso de bolsillo junto a su madre ama de casa (Hayley Atwell) y su padre comerciante (Ben Chaplin), en un pequeño pueblo  de gente  sonriente.  Como nada es para siempre, y siendo este un cuento de hadas, la felicidad  pronto da paso a la aflicción. La entrada de la madrastra y sus hijas cambiará el universo de Ella.
En la iteración tradicional, la historia de Cenicienta es también la de las madres: muertas, crueles, y mágicas – que se encarnizan sobre esta hija obediente mucho más que cualquier hombre. En Cenicienta hay tres madres: una verdadera y dos sustitutas. La primera abandona a Cenicienta, abriendo el camino a la segunda madre que llega para atormentarla, que a su vez abre la puerta a una tercera madre que la rescata  del sufrimiento con el simple movimiento de su varita, posibilita que el príncipe  pueda encontrar a Cenicienta y casarse con ella a la vez que la saca del mundo hostil que la rodeaba. El de Cenicienta es un mundo matriarcal extraño, plagado de complejidades. Aquí el guionista John Chris Weitz (“La Brújula Dorada”, “La saga Crepúsculo: Luna Nueva”, “A better life”) añade algo de dimensionalidad a la concepción estándar de la madrastra, sobre todo haciendo referencia a las perspectivas nefastas para poder vivir de una viuda con dos hijas y sin ingresos propios.
¿Por qué Cenicienta?, ¿por qué ahora?  Para Walt Disney Company la respuesta sólo puede ser: ¿Por qué no?  ¿Ella no puede mantener su rango de princesa (¡todavía!), aunque la historia haya sido  contada en innumerables  ocasiones?  Sus zapatitos aún continúan siendo cristal a pesar del oro que recogió para Disney durante todos estos años.  Georges Méliès contó su historia en 1899, por primera vez en la pantalla, y recientemente apareció en una live-action  en la adaptación de Stephen Sondheim de Disney  de "Into the Woods.  Pero fue el propio Disney quien más ha ayudado a avivar la demanda de esta nueva película con dos secuelas de su película de 1950, "La Cenicienta II: sueños se hacen realidad " (2002)  y " Cinderella III: a Twist in Time" (2007)

En todo cuento de hadas que se precie los personajes malvados siempre poseen un atractivo especial, un extra, que en el caso de la madrastra es la interpretación de Cate Blanchett. Ella queda sojuzgada bajo la figura de su madrastra en todo sentido, es tal el brillo de Cate Blanchett que todo empalidece a su alrededor. El diseño visual de su personaje sugiere una femme fatale de  los años 40, con sus peinados de salón “soignée”, con su bata de piel de leopardo, que recuerda  a Joan Crawford en Mildred Pierce (Alma en suplicio 1945), o cuando emerge  su pálido rostro detrás de un sombrero, esa entrada evoca la talla de  Jane Greer en “Out of the Past” (Retorno al pasado -1947) procurando destruir a Robert Mitchum.




Helena Bonham Carter, por su trayectoria, también saca partido de su personaje y es quien da un toque de humor a la historia, dando vida a un Hada Madrina un tanto despistada y que todo lo transforma al ritmo de Bibbidi - Bobbidi – Boo.
El tiempo transcurrió, la mujer de hoy no es la de los años 50 que representó Disney, la perfecta ama de casa que debía lucir bien para el marido, tampoco la francesa de 1697 de Perrault, ni la alemana de 1812 de los Hermanos Grimm, pero aún hoy la mujer debe luchar por su igualdad de derechos y mantener su independencia, porque aunque no sea víctima del hombre como en el mundo oriental, ser autosuficiente  no es tarea fácil.
************ Beatriz Iacoviello


 

Titulo  "Cenicienta". Título original: "Cinderella". Director: Branagh; Guión: Chris Weitz; Director de fotografía: Haris Zambarloukos; edición: Martin Walsh.,. Música:  Patrick Doyle; Diseño de producción: Dante Ferretti. Vestuario: Sandy Powell. Productor: Simon Kinberg, Allison Shearmur and David Barron.  Elenco: Lily James, Richard Madden, Cate Blanchet, Helena Bonhan Carter, Holliday Grainger, Sophie McShera, Nonso Anozie, Stellan Skarsgård, Derek Jacobi.  Walt Disney Studios Motion Pictures.



Nota complementaria: La historia como cuento de hadas

El tema de la Cenicienta lo tratan explícitamente Dietrich Grabbe en su Aschenbrödel de 1835 y Robert Walser en Die Insel (La isla) de 1901. El poeta ruso Yevgueni Shvarts escribió en los años 20 del siglo XIX un cuento de hadas con el título Aschenbrödel. Los motivos principales de la historia son las palomas, los zapatos y las diferentes variantes del árbol. Las palomas son, desde los tiempos de la Antigua Grecia, las acompañantes tradicionales de Afrodita.
Si se reduce y banaliza el motivo principal del cuento de hadas presentándolo como la vida trágica de la heroína que espera el amor de un príncipe y se combina con la moral de que lo bueno siempre triunfa, se encontrarán varias "versiones" desarrolladas de la Cenicienta en la literatura trivial, especialmente en obras de Eugenia Marlitt y de Hedwig Courths-Mahler (1867 - 1950).

Origen y desarrollo del argumento

El arquetipo de la Cenicienta, al igual que muchos otros cuentos de hadas, tiene una larga historia. Es así que se encuentran los primeros rastros en los antiguos egipcios (la historia de Ródope), luego entre los romanos, en el Imperio Chino del siglo IX (del que queda como legado aún hoy en día el pequeño pie de Cenicienta) y en Persia a fines del siglo XII, en especial en la obra del año 1197  de  Nezāmí  Las Siete Bellezas (Haft Paykar; en persa, هفت پیکر), llamada también Bahram-Nama. Incluso entre los aborígenes de Norteamérica el motivo de la Cenicienta está presente en sus narraciones tradicionales.
El efecto y el relato de la Cenicienta son bastante complejos en la literatura, especialmente en el romanticismo alemán, inglés, ruso y francés.

En el simbolismo de la literatura internacional también se encuentran varios motivos con interesantes combinaciones similares a la Cenicienta europea, sobre todo en las obras de Pushkin, Novalis, Tieck, Brentano, Eichendorff, E.T.A. Hoffmann, Hans Christian Andersen, Tennyson, Wilde, Mallarmé, Maeterlinck y Hofmannsthal.
La Cenicienta,  trata de la historia de una joven bella y humilde que, como recompensa por su abnegación y bondad, logró casarse con un miembro de la realeza o un rico mercader que la rescató de un ambiente hostil. La versión más popular y amable es la de Perrault, que eliminó todos los componentes violentos o sexuales del relato. Sin embargo, hay otras muchas versiones (al parecer, casi setecientas) que proceden de todos los rincones del mundo. La más antigua pudo aparecer en Persia, pasó después a Egipto y, más tarde, a Grecia, Roma y al resto de Europa. En casi todas las versiones se mantienen una serie de elementos comunes, pero también se introducen cambios importantes, según las costumbres de la época y el lugar. Por ejemplo, la Cenicienta italiana no es buena ni paciente sino que se convierte en una despiadada asesina que rompe el cuello de su madrastra y, pese a todo, recibe su recompensa. La Cenicienta egipcia no es tan casta y recatada como las europeas, su belleza la hace tener muchos amantes y, finalmente, logra convertirse en la concubina del faraón. La hindú es pudorosa pero constantemente es asediada por varones lujuriosos que desean poseerla. Por otra parte, algunas  versiones mantienen la salvaje mutilación (que elimina Perrault) de los dedos de los pies y los talones para conseguir calzarse el zapato y poder casarse con el hombre poderoso; otras versiones juegan con el tema del incesto: la cenicienta tiene que huir de su hogar para evitar convertirse en la amante del padre o del hermano; y otras, introducen la primitiva costumbre del canibalismo: en la Cenicienta rusa, aparece una bruja caníbal devoradora de niños y, en otras versiones, las hermanas mayores de Cenicienta, celosas de las atenciones que la madre tiene con ella, matan a su progenitora y se la comen.

Cenicienta egipcia
Rodophis, la Cenicienta egipcia, era una bella joven que, según Diodoro Sículo, llegó a existir y logró que sus amantes, importantes gobernadores de provincia, le costeasen la pirámide en donde pudieran reposar sus restos eternamente. También nos proporcionan noticias de este personaje, entre otros, la poetisa Safo (610–580 a. C.) y el geógrafo griego Estrabón (60 a. C. – 21 d. C.). Rodophis fue separada de su familia al ser capturada por unos piratas que la vendieron como esclava. Las demás siervas la odiaban, celosas de sus buenos modales y gran belleza, y la obligaban a realizar los trabajos más pesados. Rodophis buscaba el consuelo entre algunos animales (algunos pájaros, un mono, un hipopótamo...), que se convirtieron en sus amigos y protectores. Su suerte cambiará un día mientras se bañaba en un río. En un descuido, un halcón (realmente el dios Horus) le arrebató una sandalia que Rodophis había dejado en la orilla. El ave voló hasta el palacio de Menfis y allí dejó caer la sandalia, que terminó en manos del faraón. Este faraón para algunos era Micerino y, para otros, uno muchísimo más moderno, Amasis II. El faraón, que consideró el modo de conseguir la sandalia un signo sagrado, decidió enviar emisarios por todo el reino para encontrar a la dueña de aquella preciosa sandalia caída del cielo. Después de mucho esfuerzo, logró encontrar a la joven y la convirtió en su amante o en su esposa.

Cenicienta de Heródoto Libro II, CXXXIV-CXXXV.
En la versión de Heródoto, Ródope tiene mayor relación con el ámbito cultural griego que con el egipcio. Según el padre de la historia, Ródope nació en Tracia, región cercana a las ciudades griegas, vivió en el puerto de Náucratis, que era una colonia comercial griega en el Nilo, se relacionó con poetas y escritores griegos (Safo y Esopo) y estableció un vínculo estrecho con el Oráculo de Delfos, una de las instituciones religiosas más prestigiosas de la Antigua Grecia. Era una cortesana amante del fabulista Esopo, en el periodo de esclavitud de ambos. 

Cenicienta de Estrabón:La versión transmitida por el geógrafo griego Estrabón cinco siglos después de Heródoto conserva algunas similitudes. Ambos cuentan que Ródope era una cortesana de la colonia griega de Naucratis y señalan un vínculo entre Ródope y las pirámides de Giza. Sin embargo, Estrabón agrega algunas partes ausentes en las Historias de Heródoto y que reaparecerán en la moderna versión europea de Cenicienta. Ródope pierde uno de sus calzados, que sirve de pista al monarca egipcio para encontrarla y casarse con ella.
A una distancia de 40 estadios de Menfis, se halla la cima de una colina en la que hay muchas pirámides, tumbas de los reyes. Tres de ellas son considerables. Dos de estas últimas se cuentan entre las siete maravillas. Son de una altura de un estadio, y de base cuadrada. La altura es algo mayor que cada lado de la base. Una de esas dos pirámides también es algo mayor que la otra. En una de las caras, a una altura media, hay un bloque que puede extraerse. Si se hace así, se halla un inclinado pasadizo hasta la tumba. Las dos están próximas, y a un mismo nivel. Más adelante, a mayor altitud, se halla la tercera pirámide, mucho menor que las otras pero más cara en su construcción, pues desde los cimientos hasta más de media altura está hecha de piedra negra. Los morteros están hechos de esa misma piedra, traída desde muy lejos, ya que procede de las montañas de Etiopía, y, siendo dura y difícil de trabajar, la obra resulta muy costosa. Se dice que es la tumba de una cortesana, mandada hacer por sus amantes, y que el nombre de ella, según señalaba la poeta Safo, era Dórique.  Era amante de Caraxo, hermano de Safo que comerciaba con vino de Lesbos llevándolo al puerto de Naucratis. Otros se refieren a esta cortesana con el nombre de Ródope. Se cuenta de ella la siguiente historia: estando tomando un baño, un águila arrebató una de sus sandalias a la sirviente que se las tenía y la llevó hasta Menfis. Allí, el rey estaba administrando justicia al aire libre, y el águila, cerniéndose sobre la cabeza del monarca, le dejó caer la sandalia en el regazo. El rey, conmovido por lo extraño del fenómeno y por la hermosura de la sandalia, mandó buscar por todo el país a la muchacha que la había calzado. Cuando fue hallada en Naucratis, fue llevada a Menfis, y el rey la hizo su esposa. A la muerte de ella, se la honró con la tumba nombrada antes. Estrabón: Geografía, XVII, 1, 33.

Cenicienta de Claudio Eliano:

En su obra Historias, Claudio Eliano también reproduce el cuento de Ródope:  Los relatos egipcios afirman que Ródope era una hermosísima cortesana, y que, en una ocasión en que estaba tomando un baño, Fortuna, muy dada a los hechos extravagantes e inesperados, le dio un premio que no era por su mente, sino por su hermosura, pues mientras se lavaba y sus dueñas vigilaban sus ropas, un águila bajó, se apoderó de una pieza de su calzado, la llevó hasta Menfis, donde Psamético estaba administrando justicia, y la dejó caer en el regazo del monarca. Psamético, maravillado tanto por la forma del calzado y la pulcritud de su factura como por la acción del ave, mandó buscar por todo Egipto a la mujer a la que pertenecía la prenda, y, cuando la encontraron, se casó con ella.

Cenicienta china
La historia de la Cenicienta china Yeh-hsien la escribió Taun Cheng-shih entre los años 850 y 860 d.C., basándose en una antigua versión oral. Esta historia es mucho más parecida a la que todos conocemos. Yeh-hsien era una joven maltratada por una malvada madrastra y su hermanastra, que la vestían con harapos y la obligaban a sacar agua de peligrosos pozos.
Yeh-hsien no tenía como protectora a un hada madrina sino a un pez dorado mágico de tres metros de longitud, reencarnación de su madre muerta, que vivía en un estanque junto a su casa. Cuando la madrastra lo descubre, acaba con él y lo manda cocinar para la cena. Pero la Cenicienta china seguirá contando con la protección del pez porque sus espinas continúan siendo mágicas y le permitirán vestirse con gran elegancia para asistir a una fiesta. Al marcharse de ella precipitadamente, la joven perderá su zapatilla de oro, que acabará en manos del mercader más rico de la provincia. Tras una complicada búsqueda, el mercader encontrará y se casará con Yeh-hsien. La madrastra y su fea hija tendrán un terrible final: como castigo por su maldad, el día de la boda  morirán sepultadas bajo un alud de piedras.

Cenicienta hindú:
Una curiosa versión de la Cenicienta, con un gran componente sexual, procede de la India. Hanchi, la Cenicienta hindú, tendrá que huir de su casa para impedir que su hermano, prendado de su hermosura, mantenga con ella relaciones incestuosas. La madre, que no puede impedir el deseo de su hijo, le pedirá a Hanchi que abandone el hogar y que nunca se quite una máscara de arcilla, para evitar ser tentación de otros hombres.
Hija, ha llegado el momento de que me dejes. Eres tan buena como muerta para mí después de este día. Tu belleza te impide vivir aquí y mantenerte segura. Tienes el pelo de oro y nadie puede mirarte sin deseo. Conseguiré una máscara hecha para ti, que te ocultará la cara y te mantendrá a salvo en el futuro
Hanchi cubrirá su bello rostro con la máscara y entrará al servicio del hijo del rey, como una sencilla criada. Un día el príncipe sorprenderá a la joven tomando un baño, sin su máscara, y, al descubrir su gran belleza, la convertirá en su esposa.
Hanchi pensaba que estaba sola, así que decidió darse un baño. Quería terminar su baño antes de que regresaran  todos. Se quitó la máscara, soltó su espléndido cabello dorado, se aplicó aceite por todo el cuerpo y comenzó a bañarse. Mientras tanto, el joven que había salido volvió a la casa y gritó a la criada. Hanchi no lo oyó. Impaciente, fue en busca de ella, oyó ruidos, miró en la habitación de los baños y la vio en toda su belleza. Él todavía era joven. Se fue antes de que ella lo viese pero cayó profundamente enamorado de la belleza radiante de su cuerpo y de su cabello y decidió inmediatamente hacerla su esposa. Esta versión guarda un gran parecido con Piel de Asno de Perrault, que según algunos estudiosos constituye también otra variante de la Cenicienta.

Cenicienta italiana:
En Europa, el cuento más antiguo se atribuye al napolitano Giambattista Basile. Al parecer, mujeres de Nápoles le fueron relatando antiguas historias de la tradición oral entre las que se encontraba una nueva versión de este cuento. Basile lo incluyó en su obra Pentamerón. El cuento de los cuentos bajo el título “La gata del hogar”, escrita en1634. La Cenicienta italiana, llamada Zezolla, también fue víctima de malos tratos por parte de su madrastra pero, en este caso, no serán aceptados con bondad y paciencia. Zezolla, siguiendo las indicaciones de su nodriza, acabará por romperle el cuello a la malvada madrastra para librarse de ella y posibilitar la boda de su padre con Carmosina, la nodriza.
Levanta la tapa del baúl y cuando ella se incline para buscar ropa deja caer la tapa sobre ella para que se rompa el cuello... Tú ya conoces a tu padre, hará cualquier cosa por ti, así que después de un tiempo suplícale que se case conmigo, y entonces serás feliz y afortunada porque me convertiré en tu madrastra
Desgraciadamente, ésta resulta ser aún más cruel y, además, tiene seis terribles hijas, que obligarán a Zezolla  a trabajar sin descanso. Esta Cenicienta también tendrá un protector, un árbol mágico, que la vestirá con lujosas ropas para asistir a un baile real. Después de cautivar al rey, Zezolla, a medianoche abandonará la fiesta y dejará tras de sí una zapatilla con la que el monarca buscará a su amada. Lo más curioso de esta versión es que, a pesar del asesinato, Zezolla conseguirá finalmente su premio: convertirse en una reina.
Cenicienta escocesa
También es cruel y sangrienta la versión que se desarrolló en Escocia. Según este cuento, la madrastra y las hermanastras de Rushen Coatie, la Cenicienta escocesa, la humillan y casi no le dan de comer. Pero su madre muerta, reencarnada en un ternero rojo con poderes mágicos, la alimenta a escondidas. Cuando lo descubre la madrastra, mata y asa al ternero para la cena. La joven sufre terriblemente pero no se quedará desamparada: un hueso del ternero la seguirá ayudando y podrá asistir lujosamente vestida a la iglesia donde enamorará al príncipe.  En esta versión, Cenicienta también pierde uno de sus zapatos: una preciosa zapatilla de raso. La madrastra no dudará en cortar los dedos de los pies de su hija mayor e incluso el talón para lograr el beneficioso matrimonio con el príncipe. Éste, que engañado acepta a la joven secretamente mutilada, descubrirá después gracias a un pájaro que el pie de su esposa no está entero. Finalmente, Rushen Coatie se convertirá en su mujer.
Cenicienta rusa:
En el caso de la Cenicienta rusa, es una muñeca de madera la que protege a la joven Vasilissa de los abusos de la madrastra y de un siniestro personaje llamado Baba Yaga, una bruja caníbal.  La muñeca, entregada por su madre antes de morir, representa la figura materna y logra que la joven pueda sobrevivir en un mundo hostil. Sus hermanastras, que desean desembarazarse de ella, la envían a la cabaña de la bruja para que le pida luz con la que alumbrarse. Una espeluznante cabaña hecha de restos humanos. La cerca que la rodeaba estaba hecha de huesos humanos rematados por calaveras; las puertas eran piernas humanas; los cerrojos, manos, y la cerradura, una boca con dientes. Las hermanastras esperaban que Vasilissa fuese devorada por Baba yaga, "que se comía a los hombres como si fueran pollos". Pero la bruja, antes de comérsela, decidió ponerla a prueba: si conseguía realizar las todas las tareas encomendadas le daría la luz que le pedía pero si no lo lograba, la devoraría. La muñeca ayudó, una vez más a la joven, y a la asombrada  Baba Yaga no le quedó más remedio que dejarla marchar con la luz que emitía una calavera mágica. Las cenizas, más que relacionarse con la Cenicienta, se vinculan a la muerte de las malvadas madrastra y hermanastras, que fueron abrasadas sin piedad por el fuego de la calavera.
Trajeron la calavera a la habitación y sus ojos se clavaron en la madrastra y sus dos hijas, quemándolas sin piedad. Intentaban esconderse, pero los ojos ardientes las perseguían por todas partes; al amanecer estaban ya las tres completamente quemadas; sólo Vasilisa permaneció intacta. También en esta historia la bondad y fortaleza de la joven serán recompensadas por medio del matrimonio con un miembro de la realeza, un zar, que se enamora de ella a través de un bello objeto (en este caso no es una zapatilla sino un lienzo de lino que Vasilissa había tejido).

Cenicienta francesa:
Como ya mencionamos, el cuento de la Cenicienta que hoy conocemos se debe casi en su integridad a la versión que escribió en el siglo XVII Charles Perrault, que suavizó enormemente el relato. La Cenicienta francesa es una joven bondadosa y paciente que no sólo perdonará las humillaciones sufridas por sus dos hermanastras sino que, una vez convertida en princesa, las llevará a palacio y las casará con dos grandes señores de la corte.

Cenicienta alemana:
Ya en el siglo XIX, los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm nos ofrecen una de las versiones más espeluznantes y sangrientas. En este caso, la Cenicienta alemana, llamada Aschenputtel, recibió la ayuda de varios pájaros y de un árbol mágico que había crecido en la tumba de su madre. El árbol no sólo le proporcionó a Aschenputtel la ropa adecuada para enamorar al príncipe sino que advirtió a éste de que las malvadas hermanastras intentaban engañarlo mutilando sus pies para poder calzarse la zapatilla de Cenicienta. Una de las hermanastras, obedeciendo las órdenes de la madre, se cortó con un cuchillo un dedo del pie.  Las dos hermanastras se alegraron, pues ambas tenían los pies muy lindos. La mayor fue a su cuarto para probarse la zapatilla, acompañada de su madre. Pero no había modo de introducir el dedo gordo; y al ver que la zapatilla era demasiado pequeña, la madre, alargándole un cuchillo, le dijo: “¡Córtate el dedo! Cuando seas reina, no tendrás necesidad de andar a pie”. Lo hizo así la muchacha...
La otra hermanastra se cortó el talón. Miró el príncipe el pie y vio que de él fluía sangre. Hizo dar media vuelta al caballo y devolvió la muchacha a su madre, diciendo que no era aquella la que buscaba, y que la otra hermana tenía que probarse el zapato. Subió ésta a su habitación y, aunque los dedos le entraron holgadamente, en cambio no había manera de meter el talón. Le dijo la madre, alargándole un cuchillo: “Córtate un pedazo del talón. Cuando seas reina no tendrás necesidad de andar a pie”. Cortose la muchacha un trozo del talón, metió a la fuerza el pie en el zapato y, reprimiendo el dolor, se presentó al hijo del Rey...  Descubierto el engaño, Cenicienta se casó con el príncipe y sus hermanastras fueron duramente castigadas: unas palomas les arrancaron los ojos, condenándolas a vivir como mendigas ciegas el resto de sus vidas.
Al llegar el día de la boda, se presentaron las traidoras hermanas, muy zalameras, deseosas de congraciarse con Cenicienta y participar de su dicha. Pero al encaminarse el cortejo a la iglesia, yendo la mayor a la derecha de la novia y la menor a su izquierda, las palomas, de sendos picotazos, les sacaron un ojo a cada una. Luego, al salir, yendo la mayor a la izquierda y la menor a la derecha, las mismas aves les sacaron el otro ojo. Y de este modo quedaron castigadas por su maldad, condenadas a la ceguera para todos los días de su vida






 







 








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