Cenicienta Forever
Disney lleva otra vez a la
gran pantalla uno de sus clásicos más memorables, con actores que se instalan
en la intemporalidad de los cuentos de hadas.
A diferencia de las
adaptaciones de “Maléfica” o “Espejito
Espejito”, cuyos guionistas y directores se ocuparon más en reinventar las historias partiendo de lo más
convencional, dando giros que potenciaban a los personajes femeninos de forma
muy obvia, en “Cenicienta” la preocupación estuvo en dar a los personajes credibilidad y ser
fieles al relato original. La moda de
estos últimos años fue crear
un live-action de cuentos de hadas y
transformar a las princesas
clásicas en guerreras al frente de ejércitos como en “Blancanieves y
el cazador”, o en icónicas villanas: que
pasan a ser de tiernas y buenas a malvadas, hostigadas por un ambicioso rey,
para luego convertirse en madres incomprendidas, como en “Maléfica”.
En “Cenicienta” el director Kenneth Branagh y el guionista John Chris Weitz mantienen fidelidad a la versión de Disney de 1950, basada en
una mezcla entre las versiones de
Charles Perrault (1697) y los Hermanos
Grimm (1812), que varía sin embargo en
muchos detalles de la francesa, lo que no es extraño si se toma en cuenta que
cada país europeo tiene su propia tradición oral del personaje. Desde
entonces, han habido tantas adaptaciones y reinterpretaciones de la historia de
Cenicienta, que es un logro en sí mismo hacer un filme innovador, y que al mismo tiempo respeta la esencia de uno de los relatos más
favorecidos por la atención infantil.
Sobre todo, la visión de
Branagh se esfuerza por mantener la magia, por lo que no faltan los ratones convertidos
en caballos, la calabaza en carroza, las
lagartijas transformadas en pajes, un ganso vuelto cochero y todos los efectos
especiales necesarios para convertir harapos en un vestido color azul espectacular,
con mariposas de cristal incrustadas (como en el filme de 1950). Ella, por su
parte, es la encarnación de la princesa delicada y buena, cuya fortaleza radica
en su generosidad (razón por la cual se
transforma en sirvienta en su propia casa). Este apego al relato tradicional –en
vez de una búsqueda por la originalidad desmedida- es el principal acierto de
este filme. Además hay algunos guiños al clásico de Disney como los dos pájaros azules que revolotean
alrededor del castillo de la protagonista...
“Cenicienta”, es una adaptación del clásico de
1950 de Walt Disney en la que se narra
la historia de la joven Ella, protagonizada por Lily James (conocida por su rol en la serie “Downton Abbey”) y Richard Madden (famoso por interpretar a
Robb Stark en “Game
of Thrones”), que interpreta al príncipe
Kit, cuyo padre vuelve a casarse tras el fallecimiento de su esposa. Ella acepta de buena gana y por no herir los
sentimientos de su padre a su nueva madrastra Lady Tremaine (Cate Blanchett) y a sus
hijas, Anastasia y Drisella, quienes convivirán junto a ellos, en su pequeño
castillo. A la muerte de su padre, Ella se convertirá en la criada de Lady
Tremanie y de sus hijas, que le
encomiendan las tareas más desagradables. Sin embargo la joven no pierde la
esperanza a pesar de la crueldad con la que la tratan. Pero su futuro cambiará
después de conocer a un joven “aprendiz” en el bosque.
Gran acierto de Branagh fue haber despojado al filme de todos los estereotipos que poseían las películas de Disney: cierto racismo, esclavitud, sexismo, crueldad… En esta versión Cenicienta a pesar de que es obligada a trabajar en la casa, comer en la cocina. Dormir en el altillo y no le está permitido ir al baile, se las ingenia para sacar partido de su alegría y su libertad y galopar en pelo sobre su caballo blanco hacia el bosque. Si bien estas acciones reflejan la esclavitud a la que es sometida por su madrastra y las hermanastras, Ella consigue que el espectador no las perciba como tales. De la esclavitud (como muchas mujeres en el mundo) puede liberarse cuando encuentra al príncipe.
En cierta forma Cenicienta
fue un cuento que a través de los siglos preparó a las mujeres para su sometimiento
al sexo masculino y a ser buenas amas de casa. También fue un acierto dar con los
estilos de cada personaje para que estos no caigan en el estereotipo, ni en una
exageración burlesca, ni en la expresividad familiar naturalista.
Por otro lado, se puede ver como da a la amistad incondicional entre mascotas y Cenicienta, ya que siempre la ayudan a trabajar en todas las tareas del hogar y otras labores sin esperar nada a cambio, un valor adicional. Los ratones Gus-Gus son más reales (al igual que el gato y las aves del corral aunque su protagonismo sea menor), que los del dibujo de Disney.
El vestuario es otro
protagonista importante del filme, diseñado por la ganadora del Óscar Sandy Powell, es magnífico
al introducir en cada uno de sus diseños un rasgo con el que define a cada
personaje, creando como en caso del vestido de Cenicienta la ilusión de que
está al bailar flotara por llevar una falda con varias capas de gasa que se
despliega y pliega a cada vuelta del vals. Sobre esta escena la cámara se
detiene varios minutos y dando la sensación al espectador de ser partícipe del
nacimiento de una flor.
Todo lo que gira alrededor de Cenicienta es ilusión y
majestuosidad, y esto no es solo cuando está en el salón de baile del palacio,
sino en los pequeños gestos de su vida cotidiana. Este sea tal vez uno de los
mensajes del filme: “no importa donde se viva sino como se construye el hábitat
para vivir. No importa si los muebles no son ostentosos sino que tengan un
detalle de belleza para alegrar a los ojos y el corazón”. Y Cenicienta lo
refleja en una frase: “Mira el mundo no por lo que es, sino por lo que podría
ser".
La
primera parte del filme transcurre en un
mundo idílico, Ella (Eloise Webb) tiene de
10 años de edad y anida en forma segura
en un paraíso de bolsillo junto a su madre ama de casa (Hayley Atwell) y su
padre comerciante (Ben Chaplin), en un pequeño pueblo de gente
sonriente. Como nada es para
siempre, y siendo este un cuento de hadas, la felicidad pronto da paso a la aflicción. La entrada de
la madrastra y sus hijas cambiará el universo de Ella.
En la
iteración tradicional, la historia de Cenicienta es también la de las madres:
muertas, crueles, y mágicas – que se encarnizan sobre esta hija obediente mucho
más que cualquier hombre. En Cenicienta hay tres madres: una verdadera y dos
sustitutas. La primera abandona a Cenicienta, abriendo el camino a la segunda
madre que llega para atormentarla, que a su vez abre la puerta a una tercera
madre que la rescata del sufrimiento con
el simple movimiento de su varita, posibilita que el príncipe pueda encontrar a Cenicienta y casarse con
ella a la vez que la saca del mundo hostil que la rodeaba. El de Cenicienta es
un mundo matriarcal extraño, plagado de complejidades. Aquí el guionista John
Chris Weitz (“La Brújula Dorada”, “La saga Crepúsculo: Luna Nueva”, “A better
life”) añade algo de dimensionalidad a la concepción estándar de la madrastra,
sobre todo haciendo referencia a las perspectivas nefastas para poder vivir de
una viuda con dos hijas y sin ingresos propios.
¿Por qué
Cenicienta?, ¿por qué ahora? Para Walt
Disney Company la respuesta sólo puede ser: ¿Por qué no? ¿Ella no puede mantener su rango de princesa
(¡todavía!), aunque la historia haya sido
contada en innumerables ocasiones? Sus zapatitos aún continúan siendo cristal a
pesar del oro que recogió para Disney durante todos estos años. Georges Méliès contó su historia en 1899, por
primera vez en la pantalla, y recientemente apareció en una live-action en la adaptación de Stephen Sondheim de Disney de "Into the Woods. Pero fue el propio Disney quien más ha ayudado
a avivar la demanda de esta nueva película con dos secuelas de su película de
1950, "La Cenicienta II: sueños se hacen realidad " (2002) y " Cinderella III: a Twist in Time"
(2007)
En todo
cuento de hadas que se precie los personajes malvados siempre poseen un
atractivo especial, un extra, que en el caso de la madrastra es la
interpretación de Cate Blanchett. Ella queda sojuzgada bajo la figura de su
madrastra en todo sentido, es tal el brillo de Cate Blanchett que todo
empalidece a su alrededor. El diseño visual de su personaje sugiere una femme
fatale de los años 40, con sus peinados
de salón “soignée”, con su bata de piel de leopardo, que recuerda a Joan Crawford en Mildred Pierce (Alma en
suplicio 1945), o cuando emerge su
pálido rostro detrás de un sombrero, esa entrada evoca la talla de Jane Greer en “Out of the Past” (Retorno al
pasado -1947) procurando destruir a Robert Mitchum.
Helena
Bonham Carter, por su trayectoria, también saca partido de su personaje y es
quien da un toque de humor a la historia, dando vida a un Hada Madrina un tanto
despistada y que todo lo transforma al ritmo de Bibbidi - Bobbidi – Boo.
El
tiempo transcurrió, la mujer de hoy no es la de los años 50 que representó
Disney, la perfecta ama de casa que debía lucir bien para el marido, tampoco la
francesa de 1697 de Perrault, ni la alemana de 1812 de los Hermanos Grimm, pero
aún hoy la mujer debe luchar por su igualdad de derechos y mantener su
independencia, porque aunque no sea víctima del hombre como en el mundo
oriental, ser autosuficiente no es tarea
fácil.
************ Beatriz Iacoviello
El vestuario es otro protagonista importante del filme, diseñado por la ganadora del Óscar Sandy Powell, es magnífico al introducir en cada uno de sus diseños un rasgo con el que define a cada personaje, creando como en caso del vestido de Cenicienta la ilusión de que está al bailar flotara por llevar una falda con varias capas de gasa que se despliega y pliega a cada vuelta del vals. Sobre esta escena la cámara se detiene varios minutos y dando la sensación al espectador de ser partícipe del nacimiento de una flor.
Todo lo que gira alrededor de Cenicienta es ilusión y majestuosidad, y esto no es solo cuando está en el salón de baile del palacio, sino en los pequeños gestos de su vida cotidiana. Este sea tal vez uno de los mensajes del filme: “no importa donde se viva sino como se construye el hábitat para vivir. No importa si los muebles no son ostentosos sino que tengan un detalle de belleza para alegrar a los ojos y el corazón”. Y Cenicienta lo refleja en una frase: “Mira el mundo no por lo que es, sino por lo que podría ser".
Titulo "Cenicienta". Título original: "Cinderella". Director: Branagh; Guión: Chris Weitz; Director de fotografía: Haris Zambarloukos; edición: Martin Walsh.,. Música: Patrick Doyle; Diseño de producción: Dante Ferretti. Vestuario: Sandy Powell. Productor: Simon Kinberg, Allison Shearmur and David Barron. Elenco: Lily James, Richard Madden, Cate Blanchet, Helena Bonhan Carter, Holliday Grainger, Sophie McShera, Nonso Anozie, Stellan Skarsgård, Derek Jacobi. Walt Disney Studios Motion Pictures.
Nota complementaria: La historia como cuento de hadas
El tema de la
Cenicienta lo tratan explícitamente Dietrich Grabbe en su Aschenbrödel
de 1835 y Robert
Walser en Die Insel (La isla) de 1901. El poeta ruso Yevgueni
Shvarts escribió en los años 20 del siglo XIX un cuento de hadas con el
título Aschenbrödel. Los motivos principales de la historia son las
palomas, los zapatos y las diferentes variantes del árbol. Las palomas son,
desde los tiempos de la Antigua Grecia, las acompañantes tradicionales de Afrodita.
Si se reduce y
banaliza el motivo principal del cuento de hadas presentándolo como la vida
trágica de la heroína que espera el amor de un príncipe y se combina con la
moral de que lo bueno siempre triunfa, se encontrarán varias
"versiones" desarrolladas de la Cenicienta en la literatura trivial,
especialmente en obras de Eugenia Marlitt y de Hedwig Courths-Mahler (1867 -
1950).
Origen y desarrollo del argumento
El arquetipo de la Cenicienta, al igual que muchos otros
cuentos de hadas, tiene una larga historia. Es así que se encuentran los
primeros rastros en los antiguos egipcios (la historia de Ródope), luego
entre los romanos, en el Imperio Chino del siglo IX (del que
queda como legado aún hoy en día el pequeño
pie de Cenicienta) y en Persia a fines del siglo XII, en especial en la obra del año
1197 de Nezāmí Las Siete Bellezas (Haft Paykar; en persa, هفت پیکر),
llamada también Bahram-Nama. Incluso
entre los aborígenes
de Norteamérica
el motivo de la Cenicienta está presente en sus narraciones tradicionales.
El efecto y el
relato de la Cenicienta son bastante complejos en la literatura,
especialmente en el romanticismo alemán, inglés, ruso y francés.
En el simbolismo
de la literatura internacional también se encuentran varios motivos con
interesantes combinaciones similares a la Cenicienta europea, sobre todo en las
obras de Pushkin, Novalis, Tieck,
Brentano,
Eichendorff, E.T.A.
Hoffmann, Hans Christian Andersen, Tennyson,
Wilde,
Mallarmé, Maeterlinck y Hofmannsthal.
La
Cenicienta, trata de la historia de una
joven bella y humilde que, como recompensa por su abnegación y bondad, logró
casarse con un miembro de la realeza o un rico mercader que la rescató de un ambiente
hostil. La versión más popular y amable es la de Perrault, que eliminó todos
los componentes violentos o sexuales del relato. Sin embargo, hay otras muchas
versiones (al parecer, casi setecientas) que proceden de todos los rincones del
mundo. La más antigua pudo aparecer en Persia, pasó después a Egipto y, más
tarde, a Grecia, Roma y al resto de Europa. En casi todas las versiones se
mantienen una serie de elementos comunes, pero también se introducen cambios
importantes, según las costumbres de la época y el lugar. Por ejemplo, la
Cenicienta italiana no es buena ni paciente sino que se convierte en una
despiadada asesina que rompe el cuello de su madrastra y, pese a todo, recibe
su recompensa. La Cenicienta egipcia no es tan casta y recatada como las
europeas, su belleza la hace tener muchos amantes y, finalmente, logra
convertirse en la concubina del faraón. La hindú es pudorosa pero
constantemente es asediada por varones lujuriosos que desean poseerla. Por otra
parte, algunas versiones mantienen la salvaje mutilación (que elimina Perrault) de los dedos de los pies y los
talones para conseguir calzarse el zapato y poder casarse con el hombre
poderoso; otras versiones juegan con el tema del incesto: la cenicienta tiene que huir de su hogar para evitar
convertirse en la amante del padre o del hermano; y otras, introducen la
primitiva costumbre del canibalismo:
en la Cenicienta rusa, aparece una bruja caníbal devoradora de niños y, en
otras versiones, las hermanas mayores de Cenicienta, celosas de las atenciones
que la madre tiene con ella, matan a su progenitora y se la comen.
Cenicienta egipcia
Rodophis,
la Cenicienta egipcia, era una bella
joven que, según Diodoro Sículo, llegó a existir y logró que sus amantes,
importantes gobernadores de provincia, le costeasen la pirámide en donde
pudieran reposar sus restos eternamente. También nos proporcionan noticias de
este personaje, entre otros, la poetisa Safo (610–580 a. C.) y el geógrafo
griego Estrabón (60 a. C. – 21 d. C.). Rodophis fue separada de su familia al
ser capturada por unos piratas que la vendieron como esclava. Las demás siervas
la odiaban, celosas de sus buenos modales y gran belleza, y la obligaban a
realizar los trabajos más pesados. Rodophis buscaba el consuelo entre algunos
animales (algunos pájaros, un mono, un hipopótamo...), que se convirtieron en sus
amigos y protectores. Su suerte cambiará un día mientras se bañaba en un río.
En un descuido, un halcón (realmente el dios Horus) le arrebató una sandalia
que Rodophis había dejado en la orilla. El ave voló hasta el palacio de Menfis
y allí dejó caer la sandalia, que terminó en manos del faraón. Este faraón para
algunos era Micerino y, para otros, uno muchísimo más moderno, Amasis II. El
faraón, que consideró el modo de conseguir la sandalia un signo sagrado,
decidió enviar emisarios por todo el reino para encontrar a la dueña de aquella
preciosa sandalia caída del cielo. Después de mucho esfuerzo, logró encontrar a
la joven y la convirtió en su amante o en su esposa.
Cenicienta
de Heródoto Libro
II, CXXXIV-CXXXV.
En la versión de
Heródoto, Ródope tiene mayor relación con el ámbito cultural griego que con el
egipcio. Según el padre de la historia,
Ródope nació en Tracia, región cercana a las ciudades griegas, vivió en el
puerto de Náucratis, que era una colonia comercial griega en el Nilo, se relacionó con
poetas y escritores griegos (Safo y Esopo) y estableció un vínculo estrecho con
el Oráculo de Delfos, una de las instituciones
religiosas más prestigiosas de la Antigua Grecia. Era una cortesana amante del
fabulista Esopo, en el periodo de esclavitud de ambos.
Cenicienta egipcia
Cenicienta de
Estrabón:La versión transmitida por el geógrafo griego Estrabón
cinco siglos después de Heródoto conserva algunas similitudes. Ambos cuentan
que Ródope era una cortesana
de la colonia griega de Naucratis y
señalan un vínculo entre Ródope y las pirámides de Giza. Sin embargo, Estrabón agrega
algunas partes ausentes en las Historias de Heródoto y que reaparecerán
en la moderna versión europea de Cenicienta. Ródope pierde uno de sus calzados,
que sirve de pista al monarca egipcio para encontrarla y casarse con ella.
A
una distancia de 40 estadios de Menfis,
se halla la cima de una colina en la que hay muchas pirámides, tumbas de los reyes. Tres de
ellas son considerables. Dos de estas últimas se cuentan entre las siete maravillas. Son de una altura de
un estadio, y de base cuadrada. La altura es algo mayor que cada lado de la base. Una de esas dos pirámides también es algo
mayor que la otra. En una de las caras, a una altura media, hay un bloque que
puede extraerse. Si se hace así, se halla un inclinado pasadizo hasta la tumba.
Las dos están próximas, y a un mismo nivel. Más adelante, a mayor altitud, se halla
la tercera pirámide, mucho menor que las otras pero más cara en su construcción, pues desde los cimientos
hasta más de media altura está hecha de piedra negra. Los morteros están hechos de esa misma piedra, traída
desde muy lejos, ya que procede de las montañas
de Etiopía, y, siendo dura y difícil de trabajar,
la obra resulta muy costosa. Se dice que es la tumba de una cortesana, mandada
hacer por sus amantes, y que el nombre de ella, según señalaba la poeta Safo,
era Dórique. Era amante de
Caraxo, hermano de Safo que comerciaba con vino de Lesbos llevándolo
al puerto de Naucratis. Otros se refieren a esta cortesana con el nombre de
Ródope. Se cuenta de ella la siguiente historia: estando tomando un baño, un águila
arrebató una de sus sandalias a la sirviente que se las tenía y la llevó hasta Menfis.
Allí, el rey estaba administrando justicia al aire libre, y el águila,
cerniéndose sobre la cabeza del monarca, le dejó caer la sandalia en el regazo.
El rey, conmovido por lo extraño del fenómeno y por la hermosura de la
sandalia, mandó buscar por todo el país a la muchacha que la había calzado.
Cuando fue hallada en Naucratis, fue llevada a Menfis, y el rey la hizo su
esposa. A la muerte de ella, se la honró con la tumba nombrada antes. Estrabón:
Geografía, XVII, 1, 33.
Cenicienta de Claudio Eliano:
En su obra Historias, Claudio Eliano también reproduce el cuento de Ródope: Los relatos egipcios afirman que Ródope era una hermosísima cortesana, y que, en una ocasión en que estaba tomando un baño, Fortuna, muy dada a los hechos extravagantes e inesperados, le dio un premio que no era por su mente, sino por su hermosura, pues mientras se lavaba y sus dueñas vigilaban sus ropas, un águila bajó, se apoderó de una pieza de su calzado, la llevó hasta Menfis, donde Psamético estaba administrando justicia, y la dejó caer en el regazo del monarca. Psamético, maravillado tanto por la forma del calzado y la pulcritud de su factura como por la acción del ave, mandó buscar por todo Egipto a la mujer a la que pertenecía la prenda, y, cuando la encontraron, se casó con ella.
Cenicienta
china
La
historia de la Cenicienta china
Yeh-hsien la escribió Taun Cheng-shih entre los años 850 y 860 d.C.,
basándose en una antigua versión oral. Esta historia es mucho más parecida a la
que todos conocemos. Yeh-hsien era una joven maltratada por una malvada
madrastra y su hermanastra, que la vestían con harapos y la obligaban a sacar
agua de peligrosos pozos.
Yeh-hsien no tenía como protectora a un hada madrina sino a un pez dorado
mágico de tres metros de longitud, reencarnación de su madre muerta, que vivía
en un estanque junto a su casa. Cuando la madrastra lo descubre, acaba con él y
lo manda cocinar para la cena. Pero la Cenicienta china seguirá contando con la protección del pez porque sus
espinas continúan siendo mágicas y le permitirán vestirse con gran elegancia
para asistir a una fiesta. Al marcharse de ella precipitadamente, la joven
perderá su zapatilla de oro, que acabará en manos del mercader más rico de la
provincia. Tras una complicada búsqueda, el mercader encontrará y se casará con
Yeh-hsien. La madrastra y su fea hija tendrán un terrible final: como castigo
por su maldad, el día de la boda morirán sepultadas bajo un alud de
piedras.
Cenicienta
hindú:
Una
curiosa versión de la Cenicienta, con un gran componente sexual, procede de la
India. Hanchi, la Cenicienta hindú, tendrá que huir de
su casa para impedir que su hermano, prendado de su hermosura, mantenga con
ella relaciones incestuosas. La madre, que no puede impedir el deseo de su
hijo, le pedirá a Hanchi que abandone el hogar y que nunca se quite una máscara
de arcilla, para evitar ser tentación de otros hombres.
Hija, ha
llegado el momento de que me dejes. Eres tan buena como muerta para mí después
de este día. Tu belleza te impide vivir aquí y mantenerte segura. Tienes el
pelo de oro y nadie puede mirarte sin deseo. Conseguiré una máscara hecha para
ti, que te ocultará la cara y te mantendrá a salvo en el futuro
Hanchi cubrirá su bello rostro con la máscara y entrará al servicio del hijo
del rey, como una sencilla criada. Un día el príncipe sorprenderá a la joven
tomando un baño, sin su máscara, y, al descubrir su gran belleza, la convertirá
en su esposa.
Hanchi
pensaba que estaba sola, así que decidió darse un baño. Quería terminar su baño
antes de que regresaran todos. Se quitó
la máscara, soltó su espléndido cabello dorado, se aplicó aceite por todo el
cuerpo y comenzó a bañarse. Mientras tanto, el joven que había salido volvió a
la casa y gritó a la criada. Hanchi no lo oyó. Impaciente, fue en busca de
ella, oyó ruidos, miró en la habitación de los baños y la vio en toda su
belleza. Él todavía era joven. Se fue antes de que ella lo viese pero cayó
profundamente enamorado de la belleza radiante de su cuerpo y de su cabello y
decidió inmediatamente hacerla su esposa. Esta versión guarda un gran parecido
con Piel de Asno de Perrault, que según algunos estudiosos constituye
también otra variante de la Cenicienta.
Cenicienta
italiana:
En
Europa, el cuento más antiguo se atribuye al napolitano Giambattista Basile. Al
parecer, mujeres de Nápoles le fueron relatando antiguas historias de la
tradición oral entre las que se encontraba una nueva versión de este cuento.
Basile lo incluyó en su obra Pentamerón. El cuento de los cuentos bajo
el título “La gata del hogar”, escrita en1634. La Cenicienta italiana, llamada Zezolla, también fue víctima de malos tratos por parte de su
madrastra pero, en este caso, no serán aceptados con bondad y paciencia.
Zezolla, siguiendo las indicaciones de su nodriza, acabará por romperle el
cuello a la malvada madrastra para librarse de ella y posibilitar la boda de su
padre con Carmosina, la nodriza.
Levanta
la tapa del baúl y cuando ella se incline para buscar ropa deja caer la tapa
sobre ella para que se rompa el cuello... Tú ya conoces a tu padre, hará
cualquier cosa por ti, así que después de un tiempo suplícale que se case
conmigo, y entonces serás feliz y afortunada porque me convertiré en tu
madrastra
Desgraciadamente, ésta resulta ser aún más cruel y, además, tiene seis
terribles hijas, que obligarán a Zezolla
a trabajar sin descanso. Esta Cenicienta también tendrá un protector, un
árbol mágico, que la vestirá con lujosas ropas para asistir a un baile real.
Después de cautivar al rey, Zezolla, a medianoche abandonará la fiesta y dejará
tras de sí una zapatilla con la que el monarca buscará a su amada. Lo más
curioso de esta versión es que, a pesar del asesinato, Zezolla conseguirá
finalmente su premio: convertirse en una reina.
Cenicienta
escocesa
También es cruel y sangrienta la
versión que se desarrolló en Escocia. Según este cuento, la madrastra y las
hermanastras de Rushen Coatie,
la Cenicienta escocesa, la humillan
y casi no le dan de comer. Pero su madre muerta, reencarnada en un ternero rojo
con poderes mágicos, la alimenta a escondidas. Cuando lo descubre la madrastra,
mata y asa al ternero para la cena. La joven sufre terriblemente pero no se
quedará desamparada: un hueso del ternero la seguirá ayudando y podrá asistir
lujosamente vestida a la iglesia donde enamorará al príncipe. En esta versión, Cenicienta también pierde
uno de sus zapatos: una preciosa zapatilla de raso. La madrastra no dudará en
cortar los dedos de los pies de su hija mayor e incluso el talón para lograr el
beneficioso matrimonio con el príncipe. Éste, que engañado acepta a la joven
secretamente mutilada, descubrirá después gracias a un pájaro que el pie de su
esposa no está entero. Finalmente, Rushen Coatie se convertirá en su mujer.
Cenicienta rusa:
En el caso de la Cenicienta rusa, es una muñeca de
madera la que protege a la joven Vasilissa
de los abusos de la madrastra y de un siniestro personaje llamado Baba Yaga,
una bruja caníbal. La muñeca, entregada
por su madre antes de morir, representa la figura materna y logra que la joven
pueda sobrevivir en un mundo hostil. Sus hermanastras, que desean
desembarazarse de ella, la envían a la cabaña de la bruja para que le pida luz
con la que alumbrarse. Una espeluznante cabaña hecha de restos humanos. La
cerca que la rodeaba estaba hecha de huesos humanos rematados por calaveras;
las puertas eran piernas humanas; los cerrojos, manos, y la cerradura, una boca
con dientes. Las hermanastras esperaban que Vasilissa fuese devorada por Baba
yaga, "que se comía a los hombres como si fueran pollos". Pero la
bruja, antes de comérsela, decidió ponerla a prueba: si conseguía realizar las
todas las tareas encomendadas le daría la luz que le pedía pero si no lo
lograba, la devoraría. La muñeca ayudó, una vez más a la joven, y a la
asombrada Baba Yaga no le quedó más
remedio que dejarla marchar con la luz que emitía una calavera mágica. Las
cenizas, más que relacionarse con la Cenicienta, se vinculan a la muerte de las
malvadas madrastra y hermanastras, que fueron abrasadas sin piedad por el fuego
de la calavera.
Trajeron
la calavera a la habitación y sus ojos se clavaron en la madrastra y sus dos
hijas, quemándolas sin piedad. Intentaban esconderse, pero los ojos ardientes
las perseguían por todas partes; al amanecer estaban ya las tres completamente
quemadas; sólo Vasilisa permaneció intacta. También en esta historia la bondad
y fortaleza de la joven serán recompensadas por medio del matrimonio con un
miembro de la realeza, un zar, que se enamora de ella a través de un bello
objeto (en este caso no es una zapatilla sino un lienzo de lino que Vasilissa
había tejido).
Cenicienta
francesa:
Como
ya mencionamos, el cuento de la Cenicienta que hoy conocemos se debe casi en su
integridad a la versión que escribió en el siglo XVII Charles Perrault, que
suavizó enormemente el relato. La Cenicienta
francesa es una joven bondadosa y paciente que no sólo perdonará las
humillaciones sufridas por sus dos hermanastras sino que, una vez convertida en
princesa, las llevará a palacio y las casará con dos grandes señores de la
corte.
Cenicienta
alemana:
Ya
en el siglo XIX, los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm nos ofrecen una de las
versiones más espeluznantes y sangrientas. En este caso, la Cenicienta alemana, llamada Aschenputtel, recibió la ayuda de
varios pájaros y de un árbol mágico que había crecido en la tumba de su madre.
El árbol no sólo le proporcionó a Aschenputtel la ropa adecuada para enamorar
al príncipe sino que advirtió a éste de que las malvadas hermanastras
intentaban engañarlo mutilando sus pies para poder calzarse la zapatilla de Cenicienta.
Una de las hermanastras, obedeciendo las órdenes de la madre, se cortó con un
cuchillo un dedo del pie. Las dos
hermanastras se alegraron, pues ambas tenían los pies muy lindos. La mayor fue
a su cuarto para probarse la zapatilla, acompañada de su madre. Pero no había
modo de introducir el dedo gordo; y al ver que la zapatilla era demasiado
pequeña, la madre, alargándole un cuchillo, le dijo: “¡Córtate el dedo! Cuando
seas reina, no tendrás necesidad de andar a pie”. Lo hizo así la muchacha...
La
otra hermanastra se cortó el talón. Miró el príncipe el pie y vio que de él
fluía sangre. Hizo dar media vuelta al caballo y devolvió la muchacha a su
madre, diciendo que no era aquella la que buscaba, y que la otra hermana tenía
que probarse el zapato. Subió ésta a su habitación y, aunque los dedos le
entraron holgadamente, en cambio no había manera de meter el talón. Le dijo la
madre, alargándole un cuchillo: “Córtate un pedazo del talón. Cuando seas reina
no tendrás necesidad de andar a pie”. Cortose la muchacha un trozo del talón,
metió a la fuerza el pie en el zapato y, reprimiendo el dolor, se presentó al
hijo del Rey... Descubierto el engaño,
Cenicienta se casó con el príncipe y sus hermanastras fueron duramente
castigadas: unas palomas les arrancaron los ojos, condenándolas a vivir como
mendigas ciegas el resto de sus vidas.
Al
llegar el día de la boda, se presentaron las traidoras hermanas, muy zalameras,
deseosas de congraciarse con Cenicienta y participar de su dicha. Pero al
encaminarse el cortejo a la iglesia, yendo la mayor a la derecha de la novia y
la menor a su izquierda, las palomas, de sendos picotazos, les sacaron un ojo a
cada una. Luego, al salir, yendo la mayor a la izquierda y la menor a la
derecha, las mismas aves les sacaron el otro ojo. Y de este modo quedaron
castigadas por su maldad, condenadas a la ceguera para todos los días de su
vida
Hanchi cubrirá su bello rostro con la máscara y entrará al servicio del hijo del rey, como una sencilla criada. Un día el príncipe sorprenderá a la joven tomando un baño, sin su máscara, y, al descubrir su gran belleza, la convertirá en su esposa.
Desgraciadamente, ésta resulta ser aún más cruel y, además, tiene seis terribles hijas, que obligarán a Zezolla a trabajar sin descanso. Esta Cenicienta también tendrá un protector, un árbol mágico, que la vestirá con lujosas ropas para asistir a un baile real. Después de cautivar al rey, Zezolla, a medianoche abandonará la fiesta y dejará tras de sí una zapatilla con la que el monarca buscará a su amada. Lo más curioso de esta versión es que, a pesar del asesinato, Zezolla conseguirá finalmente su premio: convertirse en una reina.
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