martes, 8 de julio de 2008
CAFE DE LOS MAESTROS
Afectuoso y cálido homenaje a valiosas figuras del tango
El tango nació en algún momento del siglo XIX. Su fecha cierta no se conoce, pero todos los estudiosos señalan como punto de partida la década de 1880. Como toda música popular sus orígenes son una mezcla de diferentes ritmos traídos por marineros que interca mbiaban melodías, de sus respectivos países, en el transcurso de sus viajes.
Para Jorge Luis Borges[1]
el tango nace en los suburbios de la mano del cuchillo, musicalmente se
entronca en su genealogía con la habanera hispano-cubana, y es por
tanto hijo del intercambio mercantil entre los puertos de lengua
española de La Habana (Cuba) y Buenos Aires (Argentina) pasando por
varios puertos latinoamericanos. En sus inicios, el tango es
interpretado por modestos grupos que cuentan sólo con violín, flauta y
guitarra o incluso, en ausencia de ésta, el acompañamiento de un peine
convertido en instrumento de viento con la mediación de un papel de
fumar y un avezado soplador que marca el ritmo. El instrumento mítico,
el bandoneón (de origen alemán), no llega al tango hasta 1900
aproximadamente, y poco a poco sustituye a la flauta.
El
Tango tuvo su auge después de la Primera Guerra Mundial y luego en las
décadas de 30 al 50, en que las grandes orquestas ambientaban los bailes
que se trocaban cadencias entre la típica y jazz. Por eso tampoco hay
que olvidar a Oscar Alemán y o al conjunto Santa Anita Ritmo en el Alma
entre otros que dieron sabor a las presentaciones especialmente en
Carnaval en clubes (El Centro Asturiano) y teatros como El Politeama.
Ese mundo que posibilitó el ascenso de figuras que luego se convirtieron
en referentes internacionales de nuestro país, permitió crear un
excelente filme Café de los Maestros que remite a personajes que son parte de la historia viva del tango.
Café de los Maestros, es un documental que refleja ese universo tanguero y permite al espectador un encuentro con las grandes leyendas vivientes que a su vez, a través del celuloide, reciben un merecido y justo homenaje. Este film fue realizado por los argentinos Miguel Kohan (realizador), los productores: Gustavo Santaolalla (triunfador en los Estados Unidos) y Lita Stantic, a los que se unió el realizador brasileño Walter Salles ( Diarios de motocicleta y Estación Central). Los cuatro ensamblaron sus esfuerzos, talento e imaginación para dejar un testimonio en la historia del cine sobre figuras que son ya íconos de la música popular rioplatense.
Café de los Maestros (con más de 160 horas de filmación, reducidas a una hora y media) desgrana
los recuerdos del guitarrista Aníbal Arias, Ernesto Baffa, Emilio
Balcarce, Oscar Berlingieri, Osvaldo Montes, Alberto Podestá, Lágrima
Ríos [2]
, Horacio Salgán, entre otros. No solo son sus voces las que hablan
sino sus instrumentos, las calles de Buenos Aires, los viejos espacios
donde alguna vez resonó esa música sensual y quejumbrosa.
Como
pinceladas rápidas y frescas sobre un gran canavá el director Miguel
Kohan, presenta el perfil de los personajes que aparecen en el filme de
manera sutil e inteligente. De ese modo el espectador conocerá a través
de los relatos anécdotas e historias de cada uno de ellos una ciudad que
ya no es, pero que fue emblemática en la historia del tango.
La
confitería Ideal, el Salón Suizo y otras milongas mostradas en la
película permiten vislumbrar lo que fue antaño el bailongo, esa la
fiesta popular, lugar de encuentro de parejas que, como dice el tango,
sacaban viruta al piso con sus cortes y quebradas. También el público se
deleitará al escuchar a sus orquestas favoritas tocando las melodías de
sus preferencias.
A
través de charlas informales, pequeñas historias y semblanzas de vida,
en medio de los ensayos y en ruidosos cafés, estos maestros narran como
fue su vida, las vicisitudes para alanzar el éxito. Pero también
expresan un sentimiento de nostalgia por esa bohemia que impregnó una
época y que se diluyó en el tiempo como tantas otras cosas de nuestra
cultura ciudadana. La recuperación y transcripción de los temas
originales como los arreglos inéditos de "Taquito militar", que Mariano
Mores grabó por primera vez. Asimismo la reconstrucción de arreglos
históricos, como los de los tangos de Osvaldo Berlingieri realizados por
Julián Plaza., permiten que se recuerden en su forma original esas
inmortales melodías. El esfuerzo que esta tarea supuso, se verá
reflejada en el gran final realizado en el Teatro Colón, que como el
sueño del pibe, según los maestros, era su más profunda aspiración.
El
film al no mantener la clásica línea narrativa del documental se vuelve
interesante por su marcado “descuido”, en especial cuando se lo vea
Santaolalla hablando con los “grandes de valores del tango” con
admiración, respeto y sobre con profundo afecto. En ese canavá tanguero
aparecen en la pantalla figuras del prestigio de Carlos García, Leopoldo
Federico, Atilio Stampone, Aníbal Arias, Ernesto Baffa, Emilio
Balcarce, Oscar Berlingieri, Mariano Mores, Virginia Luque, José
Libertella, Osvaldo Montes, Alberto Podestá, Horacio Salgán y otras
figuras de reconocido arraigo popular.
El
director Miguel Kohan agiliza su documental, que podría haber caído en
el aburrimiento, mediante una cámara ágil y en constante movimiento, que
busca los mínimos detalles y los ensambla para dar sentido de intimidad
con el espectador. Esto le permite adentrarse en el universo cotidiano
de los músicos y conocer las pequeñas cosas que lo componen. Detalles
que deleitan visual y espiritualmente. Uno de los momentos emocionantes
del filme es sin duda el cierre a toda orquesta, porque en la mirada de
esos músicos hacia la platea y la emoción al observarla el espectador se
dará cuenta que alcanzaron su mayor triunfo al tocar en el escenario
del Teatro Colón.
Café de los Maestros, documental
(Argentina/2008). Dirección: Miguel Kohan. Con Aníbal Arias, Emilio
Balcarce, Oscar Berlingeri, Virginia Luque, Carlos García, Mariano
Mores, Atilio Stampone y otros. Guión: Miguel Kohan y Gustavo
Santaolalla. Mezcla y supervisión de música y sonido: Aníbal Kerpel.
Presentado por Alfa Films. Duración: 90 minutos. Calificación: apta para
todo público.
Beatriz Iacoviello-
Publicada en El rincón del cinéfilo********************************
Ilustración: Tras la medianoche.
Pie de página
1] El tango – J.L.Borges
¿Dónde estarán?, pregunta la elegía
de quienes ya no son, como si hubiera
una región en que el Ayer pudiera
ser el Hoy, el Aún y el Todavía.
¿Dónde estará (repito) el malevaje
que fundó, en polvorientos callejones
de tierra o en perdidas poblaciones,
la secta del cuchillo y del coraje?
¿Dónde estarán aquellos que pasaron,
dejando a la epopeya un episodio,
una fábula al tiempo, y que sin odio,
lucro o pasión de amor se acuchillaron?
Los busco en su leyenda, en la postrera
brasa que, a modo de una vaga rosa,
guarda algo de esa chusma valerosa
de los Corrales y de Balvanera.
.
¿Qué oscuros callejones o qué yermo
del otro mundo habitará la dura
sombra de aquel que era una sombra oscura,
Muraña, ese cuchillo de Palermo?
¿Y ese Iberra fatal (de quien los santos
se apiaden) que en un puente de la vía,
mató a su hermano el Ñato, que debía
más muertes que él, y así igualó los tantos?
Una mitología de puñales
lentamente se anula en el olvido;
una canción de gesta se ha perdido
en sórdidas noticias policiales.
Hay otra brasa, otra candente rosa
de la ceniza que los guarda enteros;
ahí están los soberbios cuchilleros
y el peso de la daga silenciosa.
Aunque la daga hostil o esa otra daga,
el tiempo, los perdieron en el fango,
hoy, más allá del tiempo y de la aciaga
muerte, esos muertos viven en el tango.
En la música están, en el cordaje
de la terca guitarra trabajosa,
que trama en la milonga venturosa
la fiesta y la inocencia del coraje.
Gira en el hueco la amarilla rueda
de caballos y leones, y oigo el eco
de esos tangos de Arolas y de Greco
que yo he visto bailar en la vereda,
en un instante que hoy emerge aislado,
sin antes ni después, contra el olvido,
y que tiene el sabor de lo perdido,
de lo perdido y lo recuperado.
En los acordes hay antiguas cosas:
el otro patio y la entrevista parra.
(Detrás de las paredes recelosas
el Sur guarda un puñal y una guitarra.)
Esa ráfaga, el tango, esa diablura,
los atareados años desafía;
hecho de polvo y tiempo, el hombre dura
menos que la liviana melodía,
que sólo es tiempo. El tango crea un turbio
pasado irreal que de algún modo es cierto,
un recuerdo imposible de haber muerto
peleando, en una esquina del suburbio.
2] (ANSA) - La cantante uruguaya Lágrima Ríos,
intérprete de tangos y candombes, murió a los 82 años en Montevideo y
sus restos son velados hoy en una sala mortuoria de esta ciudad. La
artista, la primera mujer negra que cantó tangos, estaba aquejada de una
enfermedad cardíaca desde hace tres años y desde hace una semana
permanecía hospitalizada. Nacida en Durazno, 183 kilómetros al norte de
la capital de Uruguay, en 1945 comenzó a cantar acompañada de una
guitarra y poco después ganó un concurso en una radio de Montevideo. Ese
éxito la transformó en vocalista de la orquesta de Orosmán "Gato"
Fernández, pero perdió su trabajo porque era negra. Actuó en radio y
televisión, y en salones bailables de Montevideo y Buenos Aires, en 1972
editó su disco "La Perla Negra del Tango", en 1982 viajó a Europa y
vivió en España por tres años y en 1993 fue embajadora del tango en la
primera cumbre mundial realizada en Granada. Compartió escenarios en
Argentina con los músicos Aníbal Troilo, Roberto Goyeneche, Hector Mauré
y Alberto Castillo, comenzó a interpretar candombes y en 1995 se
convirtió en presidenta de Mundo Afro, en la capital uruguaya. En 1996
cantó para la tercera cumbre mundial del tango realizada en Montevideo,
en 1997 editó el disco "Cantando Sueños" y en 1999 filmó el video clip
del tema "Danza Sur".
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