lunes, 26 de noviembre de 2012
CURVAS DE LA VIDA
UNA METÁFORA FALLIDA DE LA VIDA
Clint Eastwood a los 82 años se somete
al rigor de las cámaras para interpretar una vez más su personaje , inolvidable,
de viejo cascarrabias en “Gran Torino”.
En
esta oportunidad se aleja del boxeo (Millon dollar Baby ) y del ruby (Invictus)
para incursionar en béisbol en “Trouble
with the curves” -“Curvas de la vida” o como se tradujo en
España “Golpe de efecto”, para
ponerse bajo el mando, en el debut como
director, de su asistente de larga data (20 años): Robert Lorenz. Clint
Eastwood no deja nada al azar y se aseguró la producción, tal vez
para definir el corte final.
“Curvas de la vida” no es una película de
beísbol a pesar de que el beísbol aparece tangencialmente en la historia,
tampoco se trata de un melodrama (género
favorito Clint
Eastwood en los últimos tiempos), es un filme cuya trama apunta a los vínculos,
ya sean entre padre e hija, de trabajo o de amigos, entre jugadores y también
entre rivales cazadores de jóvenes
talentosos, para llevarlos a las ligas
mayores.
“Curvas de la vida” es una metáfora a medio camino entre lo obvio y temas
que nos permiten reflexionar, cuando éstas están empleadas por creadores de
talento. Tanto Robert Lorenz como el guionista Randy Brown en el terreno metafórico poseen
grandes limitaciones, pero a pesar de que mantienen la línea de su maestro, poco se deja ver la rúbrica
de éste en la cinta. En este caso trataron que el espectador entreviera los problemas del juego (un rolling toque
de bola errante, o un fly que cayó bien
o un paso fuera de velocidad que solo toma el borde de la zona de strike o
un Slider), con los cambios inesperados
que nos ofrece la realidad, que siempre son un quiebre o una curva del destino
en nuestras vidas.
“Curvas de la vida” es una película que
retrata a un hombre de 80 años, que va perdiendo la vista y que todo el tiempo
rumea para sí mismo su mal humor
-aunque ya no sea frente a una silla
vacía de una campaña partidaria- sino en su trabajo de cazatalentos que se ve
amenazado por un joven ejecutivo (Matthew Lillard – Saggy en Scoby Doo, que no dejará de sorprender con su
curioso curriculum profesional) cuyo enfoque del beísbol carece de
experiencia y todo lo mide a través de números y computadora, si hubiera sido
protagonista de “Moneyball” sería un
héroe, pero “Curvas de la vida” es el
anti- “Moneyball”. En una se burlan
de los instintos y la intuición, y en este caso los privilegian. Los últimos
filmes Clint Eastwood, “Space Cowboys”, “Gran Torino”, hace
triunfar la experiencia sobre la inteligencia juvenil.
El fotógrafo Tom Stern enfocó su cámara
hacia lugares al aire libre en una paleta restringida de bonitos paisajes de
Carolina del Norte, sin demasiado sol,
poco nublado y casi nada lluvioso, y a los edificios de Atlanta. En ese marco Gus se
encontrará con su hija, Mickey (Amy Adams), llamada así en honor al gran
jugador de los yankees Mickey Mantle, exitosa abogada a punto de
convertirse en socia de importante de una firma de abogados, en la que ella
tratará de restablecer la relación perdida con su padre. También se da un toque
de música countrie con un baile que se
llama “cooning” y el maravilloso tema: You Are My Sunshine, en un pub en el cual Mickey entabla relación con
Johnny (Justin Timberlake), el rival
joven de Gus en la exploración del semillero de jugadores.
La trama propiamente dicha es eterno conflicto
edípico entre padre e hija, por el abandono al fue sometida Mickey
desde que, al enviudar aún joven, su padre, la entregó a parientes y orfanato.
El guión busca conectar a padre e hija durante un fin de semana en Carolina del
Norte, donde él debe considerar comprar o no un nuevo bateador para los
Bravos de Atlanta y ella debe elegir entre dedicare full time a la abogacía o
escuchar a su corazón que es el que mantiene viva su verdadera vocación, también
relacionada con la búsqueda y representación de nuevos jugadores. También
Mickey debe elegir entre abandonar a su novio o relacionarse con
Johnny, el ex jugador que en su momento fue descubierto por su padre, y
por un accidente se convierte en explorador para los Red Sock y
luego en su impensado pretendiente. En uno de los cuatro días se revelará el
secreto que atormentó a padre e hija durante más de veinte años, el por qué del
aislamiento, y en el cual a modo homenaje y con un fotograma el
director trae a la memoria del espectador a Harry Callaghan (Harry
el sucio), en el momento de matar a un hombre por que había manoseado a
su hijita de siete años.
Por otra parte la
película se apoya en los excelentes roles secundarios de Bob Gunton,
George Wyner, Robert Patrick, Ed Lauter, Chelcie Ross o John Goodman, que como
amigos son incondicionales. Pero a pesar de contar con buenos intérpretes el
filme tiene demasiados altibajos por el modo irregular en que la
dirección realizó la edición, fotografía, encuadres y sostener la
muy deslucida banda sonora de Marco Beltrami. A pesar de los errores no
deja de ser un buen debut para el realizador que siguió a pie juntillas la
regla de oro hollywoodense de los tres actos, con una historia en la cual el
espectador no tiene sorpresas y que a pesar de la peripecias el final, es
feliz. ***********Beatriz Iacoviello
Curvas de la vida (Trouble With the Curve, EE.UU./2011,
hablada en inglés). Dirección: Robert Lorenz. Guion: Randy Brown. Fotografía: Tom
Stern. Música: Marco Beltrami. Edición: Gary D. Roach y Joel Cox.
Diseño de producción: James J. Murakami. Elenco: Clint
Eastwood, Amy Adams, Justin Timberlake, John Goodman, Joe Massingill, Matthew
Lillard. Distribuidora: Warner Bros Duración: 110 minutos.
Calificación: apta para todo público
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