jueves, 31 de mayo de 2012
LAS ACACIAS
Una nueva y valiosa joyita del cine argentino
“Las acacias”
de Pablo Giorgelli, es un filme, que sin
ser una gran producción, posee todos los elementos para no pasar desapercibido.
Tal vez por ser la muestra de un tipo de filmografía materialmente
mínima, que sitúa al espectador en un punto sensible de objetividad, en el cual es preciso atrapar el
detalle inadvertido y dominarlo. Giorgelli hace “su entrada en el mundo”, o
instala “su ser en el mundo”, bajo el signo de un objeto familiar: el
camión. Desde una mirada casi infantil,
fresca y renovadora, coloca una lupa sobre los detalles de un viaje, que
principio debió haber sido normal, pero que se complicó por un elemento
fortuito e impensado.
Lo
que plantean Pablo Giorgelli y su
coguionista Salvador Roselli es un espacio de dentro (la cabina del
camión) y
un espacio de fuera (la inmensidad de una planicie, que habla de tierra
seca y
sembradíos), mostrados con una imagen sensible que dice del aislamiento
del ser
replegado en sí mismo. La cámara no
juzga, es un ojo que muestra un pequeño espacio – el espacio de lo de
dentro, la estrechez- donde todo está a la medida del ser íntimo,
frente al espacio indiferente de lo de fuera.
En la cabina es en
cierto modo un espacio, poético, en la cual se encuentran dos almas libradas a
sus propias líneas de pensamiento, que el espectador percibe por leves gestos o
miradas furtivas. Rubén (Germán de Silva) es una camionero solitario e
individualista, que en un principio se molesta porque debe transportar a una
paraguaya, Jacinta (Hebe Duarte) y a su beba
(Nayra
Calle Mamani)
de cinco meses de Paraguay a Buenos Aires, pero que a lo largo de la
travesía va modificando su mirada hacia
las dos ocupantes de su pequeño territorio.
En “Las acacias” existe
toda una escala de metáforas, desde la
resurrección de un sepultado, hasta la expresión súbita de un hombre taciturno
y amargado que de pronto se enfrenta a
un mundo distinto, y desde el
sentimiento de atracción que siente hacia la madre, hasta el del amor nuevo,
como es el de una beba que lo acorrala y lo va cautivando poco a poco sin otro
artilugio que el de una mirada, o unos juegos que surgen por necesidad, y con
elementos insignificantes: la tapa de un termo.
Giorgelli se ocupó de
instalar imágenes discretas, pero que actúan a fuerza del trabajo humano y actoral.
Las acacias es un filme sencillo en todo sentido, también en lo técnico, con un
acompañamiento musical (Martín
Litmanovich) que sostiene a una fotografía (Diego Poleri) errática e irregular,
pero que simboliza el estado de ánimo de los personajes, en donde el público
encuentra que el detalle supera al
panorama y una simple imagen, si es nueva, abre un mundo.
“Las acacias”, no es un
filme argentino más, es una pequeña joyita que los espectadores en cualquier
ciudad del mundo valorará porque tiene como
ellos y para ellos, un alma que lucha y un espacio de verdadera intimidad.********************** Beatriz Iacoviello
Las Acacias
(Argentina/España/2011) / Dirección: Pablo Giorgelli
/ Guión: Pablo Giorgelli y Salvador Roselli / Fotografía: Diego
Poleri / Edición: María Astrauskas / Sonido: Martín Litmanovich /
Diseño de producción: Yamila Fontán / Elenco: Germán de Silva,
Hebe Duarte y Nayra Calle Mamani / Duración: 85 minutos
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