miércoles, 2 de abril de 2008
el patito feo
El patito feo y yo ( The Ugly Duckling and Me!) es cooproducción cinematográfica de cinco países europeos: Dinamarca-Alemania-Francia- Irlanda-Gran Bretaña, sobre el cuento de Hans Christian Andensen, que cuenta como un patito se convierte en cisne. La dirección estuvo a cargo de Michael Hegner y Karsten Kiilerich, una dupla a la que en el 2007 la Asociación Europea de Cine de Animación hizo entrega del Cartoon Tributes como "Mejor director europeo del año" por "El Patito feo y yo". Hegner había codirigido su primer largometraje “Socorro, soy un pez” ("Oups! Je suis un poisson"), en el 2000, con Stefan Fjeldmark y guión de Karsten Kiilerich, ambos del ineludible estudio danés A.Film A/S (productora de la monumental "Astérix y los vikingos").
El patito feo y yo fue producida por los irlandeses de: Magma Films, los franceses de Futurikon y los alemanes de Ulyses.
Esta versión libre del cuento de Andersen se caracteriza por la audacia
de instalar como protagonista a Ratso: una rata malandrina, estafadora,
embustera y pícara, que no logra escapar de sus perseguidores sino más
bien involucrarse en otro pleito, aún más complicado, como convivir con los animales de una granja en la que buscó refugio. Allí para salvar su pellejo debe asumir una maternidad o paternidad para la que no está preparado. Esto obligará a Ratso a buscar varias alternativas de escape, y a la vez asumir responsabilidades a las que no está acostumbrado.
Entre divertida y pedagógica El patito feo y yo deja deslizar varios mensajes en su contenido, uno de ellos (desde su creación) es anti prejuicios y discriminación
, al que agregan la preocupación de los europeos sobre las funciones y
obligaciones de los padres, es decir que los hombres deberán asumir los
mismos roles que las mujeres en cuanto a la atención de los hijos. Otro
es la paternidad sustituta, que se intensificó luego de la guerra de los Balcanes. Familias de media Europa y gran parte del mundo funcionaron como núcleo familiar sustitutivo al adoptar a cientos de niños huérfanos provenientes de Albania, Serbia o Croacia. Por otra parte en la sociedad actual la gran mayoría de los niños están obligados a vivir en la disfuncionalidad y por lo tanto es moneda corriente tener dos madres, dos padres y ocho abuelos, si todo va por carriles normales y, los divorcios solo son de un matrimonio.
El Patito feo y yo refleja esa tendencia del mundo contemporáneo y da una
vuelta más de tuerca sobre el tema al demostrar que el amor que puede
brindar un padre sustituto o “psicológico” a veces puede ser más fuerte o
trascendente que el de uno biológico. En otras palabras el filme lo que
quiere resaltar es el refrán popular: “no es padre o madre el que lo
tiene, sino el que lo cría”.
El patito feo y yo
es un filme que no busca la perfección del dibujo sino que su encanto
reside en la fealdad del mismo. Porque como sostiene Umberto Ecco: “La belleza y la fealdad son dos caras de una misma moneda” (Historia de la fealdad. Ed. Lumen), y el ser más repulsivo como puede ser una rata, Ratso en esta película, puede convertirse en el más bello, dulce y encantador de los individuos al volcar todo
su amor en un niño o patito indefenso y confuso. Por lo tanto el
espectador olvidará la fealdad para concentrarse en las peripecias del
pobre Ratso por salvar su cabeza y también la de su hijo adoptivo.
La película posee varios momentos interesantes entre ellos los musicales en una vez más hacen hincapié en la torpeza y fealdad de los movimientos en los que niños y adultos se sentirán identificados porque la mayoría responde
a esos patrones gestuales. También personajes graciosos como la pata
doble pechuga, matrona del corral; el gusanito Wesley un divo sin
admiradores, el primo de Ratso, un gato ventrílocuo y presentador del
show que quiere hacer la rata con Feo como fenómeno de la naturaleza.
En síntesis El patito feo y yo es una película
que toma la infancia y la adolescencia como parte fundamental del
crecimiento. Muestra ambas problemáticas en la relación de Feo con el
entorno, su padre sustituto y los otros, sus amigos de infancia, a los
que deberá dejar para iniciar su nueva vida con los cisnes, sus pares de género.***** Beatriz Iacoviello
Crítica publicada también en "El rincón del cinéfilo.con.ar"
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